sábado, 29 de septiembre de 2012

Quien calla, otorga.



Significa que si alguien hace algún comentario o tiene algún interrogante, y nos quedamos callados, en silencio, es como que estamos aceptando tácitamente lo que el otro ha dicho, le estamos dando la razón. Creo que no es el único motivo del por qué a veces uno calla. A veces uno quisiera hablar, pero la prudencia nos aconseja no hacerlo, porque “la imprudencia es hija de la ignorancia”, dice otro dicho. Y el silencio muchas veces es el mejor maestro que hace dupla con el tiempo y todo lo acomoda.